jueves, 9 de noviembre de 2017

¿ Qué es ser productivo?

                                   ¿ Qué es ser productivo?                                      Colon 09/11/2017


El trabajo y la eficiencia

Hablo muchas veces de productividad, pero creo que hasta hoy no había definido qué significa para mi ser productivo. En cualquier caso, antes de explicarlo, creo que es importante comentar la diferencia entre ser eficaz y ser eficiente, dos conceptos que a menudo se entremezclan y se confunden.











En el libro, Tim Ferriss distingue las dos definiciones de la siguiente forma:

Ser eficaz es hacer cosas que te acerquen a tus metas. Ser eficiente es llevar a cabo una tarea determinada (independientemente de que sea importante o no) de la manera más económica posible.
Tal y como comenta Tim Ferriss en el libro, ser eficiente sin pensar en la eficacia es el modo en que el universo funciona por defectohacer algo intrascendente bien no lo convierte en importante, y exigir mucho tiempo no convierte una tarea en importante. En cualquier caso, lo que haces es mucho más importante que cómo lo haces, la eficiencia sigue importando, pero es inútil si no la aplicas a lo correcto.

Qué significa ser productivo

Teniendo en cuenta las definiciones de Tim Ferriss sobre ser eficaz y ser eficiente, para mi ser productivo significa ser eficaz en producir eficientemente, o de la forma que me gusta más decirlo, producir eficientemente lo que realmente es importante. Tiene que quedar claro que el término producir puede referirse a cualquier tipo de producción, no solamente física, sino de conocimiento, información o cualquier otro tipo.
Ser productivo nos ayuda a reducir el distrés  y, en general, a ser más felices.
Por distrés se entiende un conjunto de estímulos dañinos que te debilitan, te restan confianza en ti mismo y fuerza para actuar. Ejemplos son la crítica destructiva, los jefes ofensivos y pegarte una guaya dando una curva. Este tipo de cosas hay que evitarlas.





Por lo tanto, el distrés es el tipo de estrés que nos perjudica, que debemos alejar de nuestra vida y que no nos hace ningún bien en nuestro día a día. Realmente, es el que consideramos estrés habitualmente, es el que sufrimos cuando decimos “¡estoy estresado!“. En algunos momentos de nuestras vidas podemos tener este tipo de estrés, pero seremos mucho más felices si conseguimos disminuir esos momentos y somos conscientes de que este tipo de estrés no nos beneficia y empeora nuestras condiciones de vida.







Seguramente en tu trabajo hay un eterno ocupado: esa persona con tantos pendientes que no tiene tiempo ni de respirar, que se queja todos los días de estar “hasta el cuello de trabajo” y, por supuesto, no pierde oportunidad de publicarlo en redes sociales (porque para eso siempre hay tiempo, ¿o no?).
Las personas ocupadas suelen jactarse de ser muy trabajadoras. Pero esto no necesariamente es una cualidad, y es que estar ocupado no es sinónimo de ser productivo. Las personas productivas no se centran en las horas de trabajo, sino en los resultados: entregan su trabajo en tiempo y forma y superan las expectativas.

Estar ocupado no es sinónimo de ser productivo



En cambio, el eustrés es el estrés bueno, ese estrés (que muchos quizá no consideramos exactamente estrés) que nos ayuda a ser conscientes de nosotros mismos, a salir de nuestra zona de confort y a correr unos ciertos riesgos que no son peligrosos, sino que nos ayudan a mejorar nuestro desarrollo personal y a crecer como personas.


Eustrés, por otro lado, es una palabra que la mayoría probablemente nunca haya escuchado. Eu-, el prefijo griego que significa saludable, se usa en el mismo sentido en la palabra euforia. Los ejemplos a seguir que nos impulsan a superar nuestras limitaciones, el entrenamiento físico gracias al que nos deshacemos de nuestros michelines y correr los riesgos que nos sacan de nuestra cómoda esfera de actuación son ejemplos de eustrés: estrés sano que constituye un estímulo para crecer.






El secreto, por lo tanto, es saber distinguir entre un tipo y otro de estrés, saber eliminar nuestro distrés y producir las cantidades adecuadas de eustrés para avanzar en nuestras vidas. ¡Si lo conseguimos seremos mucho más felices y productivos!
Hay palabras que son susceptibles a tener interpretaciones distintas. En estos casos me gusta ir al diccionario para tener un punto de referencia.
                                                                             
La palabra “producir” tiene nada más y nada menos que 8 acepciones. Si tuviera que escoger una de estas acepciones para explicar lo que significa para mí la palabra “productividad” escogería la que dice “fabricar, elaborar cosas útiles”.

Disgregando El Concepto.


El diccionario nos habla de “fabricar, elaborar…“, o dicho de otra manera, hacer cosas. Esto implica que estamos hablando de una acción.
Acaba la acepción diciendo “…cosas útiles“. Esta es la parte de la definición que hace que la productividad sea algo importante para las personas. Para que la acción sea productiva, debe aportar algo útil. Las acciones más útiles que conozco son aquellas que llevan hacia un objetivo marcado por uno mismo.

Productividad no es aprovechar hasta el último minuto, sino ser consciente hasta del último minuto
Productividad va más allá de hacer cosas.
Es hacer las cosas que decides hacer.
Es saber porqué tomas esas decisiones.
Es conocerse a uno mismo y tener claro tus valores.
Es tener el control.
La verdadera productividad necesita de consciencia, valentía, motivación y superación constante.

                            Las personas productivas…

Saben priorizar tareas. Las personas ocupadas quieren hacerlo todo a la vez, pues quieren quedar bien con todo el mundo: contestan llamadas y correos, dedican horas a sacar “bomberazos” y dejan lo más importante para el final. Por eso siempre están corriendo. En cambio, las personas productivas planean su día desde temprano y comienzan por resolver las tareas más importantes.

Hacen lo verdaderamente importante. Las personas ocupadas no saben decir “no” ni son organizadas; por eso, su día se pasa en resolver tareas pequeñas, ésas que poco tienen que ver con los objetivos generales de la empresa. Por otro lado, las personas productivas enfocan su atención en formular ideas innovadoras y hacer lo necesario para convertirlas en proyectos.

Se enfocan en resultados. Las personas ocupadas centran toda su atención en los procesos, suelen encontrar mil y un trabas para concretar una tarea. Por eso, con frecuencia dejan los pendientes sin terminar. Las personas productivas planean sus actividades con cuidado, establecen plazos y los cumplen. Dejan que los resultados hablan por sí mismos.


Tienen tiempo de todo. Curiosamente, las personas más productivas son tan organizadas que siempre encuentran tiempo para todo: para terminar su trabajo a tiempo, irse a casa, pasar tiempo con su familia, tener pasatiempos… Por el contrario, las personas ocupadas no hacen más que quejarse de lo ocupadas que están.
Hacen una cosa a la vez. Las personas ocupadas creen que ser multitaskes una virtud, y por eso intentan hacer todo a la vez. Pero, al final del día, completan pocas tareas y están plagadas de estrés. Las personas productivas saben que para ser más eficientes es preciso hacer una sola cosa a la vez. 
Se mantienen actualizadas. Las personas ocupadas están tan ocupadas que nunca tienen tiempo de leer, tomar cursos o asistir a encuentros relacionados con su profesión. Las personas productivas conocen la importancia de invertir tiempo en mantenerse actualizadas, pues esto les permitirá hacer mejor su trabajo.
Planean y actúan. Las personas productivas son ágiles a la hora de resolver problemas. No se quejan de su mala suerte, desmenuzan los inconvenientes ni piensan en mil pretextos para no hacer las cosas: analizan la situación, crean rápidamente un plan de acción y lo llevan a cabo sin pensarlo demasiado. No ofrecen pretextos, sino soluciones.




No viven estresadas. ¿Recuerdas el conejo de Alicia? Las personas ocupadas son más o menos así: siempre tienen prisa, y paradójicamente, pocas veces alcanzan sus metas a tiempo. Suelen ser personas ansiosas, nerviosas, estresadas e irritables. Las personas productivas no se estresan a la menor provocación, pues no trabajan contra el reloj y saben mantener sus emociones bajo control.
Viven el momento. Las personas productivas enfocan sus pensamientos en una sola cosa, y eso es lo que están haciendo en ese momento. Si están con su familia, no están pensando en el trabajo. Si están en el trabajo, no están pensando en la hora de salida. Saben que cada cosa tiene su tiempo.
Siempre están preparadas. Las personas productivas se anticipan a las situaciones, por lo que rara vez éstas las agarran desprevenidas. Saben cómo reaccionar a cada situación, y lo hacen de manera calmada y pensante.
Basado en una nota de Genial Gurú.



Las personas productivas tienen algo especial que las diferencia de las poco productivas,  de las dispersas, de las que continuamente pasan su jornada laboral apagando fuegos como verdaderos bomberos profesionales,  de las que nada más empezar su jornada laboral se enredan resolviendo marrones.
La diferencia, no solo está en que las personas productivas obtienen mejores resultados en su trabajo como profesional. Su vida transcurre además, de forma más relajada, disfrutan más de lo que le rodea,  ya que tienen una mejor calidad de vida.
Vamos a detallar algunas características comunes a este tipo de personas:
•Tiene perspectiva: Saben muy bien  cuáles son sus objetivos. Saben muy bien a dónde quieren llegar. Para este tipo de personas es muy fácil saber a qué tareas deben de dar prioridad, ya que tienen marcado claramente su rumbo. Esto que parece tan obvio, falta en muchas personas. ¿cuántas personas van diariamente a su trabajo sin tener claro a qué se van a dedicar?
•Tiene hábitos proactivos: Es decir decide, no se deja influenciar por los requerimientos de su entorno, sabe a qué decir “sí” y a qué decir “no”.
•Tiene un método de productividad: Existen varios en los que una persona productiva se puede apoyar. Este tipo de personas tiene uno en el que confía plenamente.  Deposita en su método todos sus objetivos, sus metas, sus proyectos, sus compromisos y al final las cosas por hacer. Esto le ayuda a explotar su capacidad creativa ya que mantiene su mente abierta y libre de preocupaciones.
•Planifica: Organiza con rigor sus quehaceres y compromisos, ahora bien eso no le impide ser flexible e improvisar cuando es necesario.
•Reflexiona y revisa: Dedica parte de su tiempo a reflexionar y revisar su método de productividad. De esta manera tiene siempre actualizados sus proyectos. Sabe todos los días cuáles son sus tareas principales. Estas reflexiones, serán para él un hábito con el que mantener viva y despierta su realidad productiva.
•Esta focalizada: Cada día, antes de empezar su jornada, ya sabe cuáles son las principales cosas a llevar a cabo. Sabe que tiene que cumplir cada día para aproximarse paso a paso a sus objetivos.
•Es una persona libre: Es dueño de su vida y de sus actos. En todo momento sabe qué tiene entre manos, no depende de los demás para hacer. Siempre está en condiciones de tomar las mejores decisiones y sentirte bien con ellas.
•Ha conciliado lo “profesional” y lo “personal”: No deja que su vida profesional invada los demás aspectos de su vida.Equilibra perfectamente todos los compromisos adquiridos, que competen a las diversas áreas de responsabilidad presentes en su vida.
Estas son cualidades de las personas productivas. Se podrá tener alguna más, pero casi seguro que no le faltará a este tipo de persona ninguna de las de arriba. ¿Tú las tienes todas? ¿Cuáles te faltan? ¿Qué hábitos productivos tienes que adquirir para disfrutarlas? ¿Qué beneficios pierdes por no tenerlas?
José Ignacio Azkue

Si somos productivos podemos enseñar serlo.
Recordemos que enseñamos lo que somos.




















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